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Irak: la guerra continúaEduardo LuqueEl pasado mes de enero se cumplía el décimo aniversario de la intervención multinacional contra Iraq en 1991. La agresión contra este país fue el primer episodio de la aplicación del denominado "Nuevo Orden Mundial". Fue la primera demostración de la nueva correlación de fuerzas a escala mundial, tras la debacle de los países del Este europeo. EEUU no dudó en utilizar toda la capacidad de su poderío militar para imponer sus proyectos políticos; y con éstos, su dominación económica. Al mismo tiempo, de forma prácticamente unánime, todos los grandes medios de información de masas se pusieron de parte de la intervención militar, demonizando un país y un régimen que escasamente 12 meses antes se tenía como fiel aliado de Occidente; un régimen y un dictador potenciado, armado y amparado por las potencias occidentales. Paralelamente, la intervención militar acentuó aún más las imposiciones neoliberales de los organismos financieros internacionales (Banco Mundial y FMI) y la expansión capitalista de los grandes consorcios, sobretodo del petróleo, sustentándose en este ejercicio de violencia que pretendió justificarse cínicamente como humanitario o defensor del Derecho Internacional. Diez
años después, EEUU y Inglaterra, con el silencio cómplice de algunos
gobiernos europeos y la O.N.U. siguen imponiendo a Iraq un embargo genocida (más
de un millón y medio de civiles han muerto a causa de las sanciones), permiten
atacar diariamente a su población, en la que ya es la mayor campaña aérea
desde la Guerra de Vietnam. Tras la Guerra del Golfo, EEUU ha tratado de imponer
en Oriente Medio su Pax Americana: garantizar el control de sus reservas petrolíferas
y preservar la superioridad estratégica de Israel y la supervivencia de los regímenes
árabes aliados, por más antidemocráticos y reaccionarios que sean, como el
Emir de Qatar o Kuwait o el rey de Arabia Saudita. La intervención contra Irak
fue la premisa obligada de la puesta en marcha del "proceso de paz" árabe-israelí,
que no es nada más que la careta de un proceso de normalización con el que se
pretende insertar a Israel económicamente en la región árabe y a ésta, en la
economía globalizada, manteniendo como potencia regional y bastión militar al
Estado de Israel, mientras se sojuzgan y neutralizan los movimientos democráticos
en Palestina, Jordania o Egipto. Iraq
un país que a pesar de albergar las segundas reservas petrolíferas del
planeta, está situado hoy en día a consecuencia del embargo y las sanciones en
estos diez años, en el número 42 de los 77 países más pobres del mundo, dado
que más de la mitad de la población vive por debajo del nivel de la pobreza y
más de 4 millones y medio de personas en la extrema pobreza. A consecuencia de
ello la esperanza de vida se ha reducido de 66 a 57 años. Ha sido tal la
devastación producida por la intervención internacional, que el propio Consejo
de Seguridad, puso en marcha el programa " petróleo por alimentos"
(resolución 986), que no resultó eficaz como lo confirman las dimisiones
sucesivas de los coordinadores del programa Dennis J. Halliday y Hans von
Sponeck en 1998 y 2000, respectivamente. En el último informe del mes de
noviembre, sobre la aplicación de la 986, el Secretario General de la O.N.U.,
Kofi Annan, insiste sobre las limitaciones estructurales del programa para
afrontar y aliviar eficazmente la grave crisis humanitaria causada por diez años
de sanciones. Irak ha cumplido y está cumpliendo con todas las obligaciones impuestas tras la guerra, así lo reconocen la propia O.N.U. (control de los arsenales militares, reparaciones de guerra (durante el pasado año 2000 Iraq ha pagado en deuda de guerra más del doble de lo que ha recibido en productos humanitarios.), retoque de las fronteras en beneficio de Kuwait etc…) ¿Entonces que sentido tiene el bloqueo? ¿ Que sentido tiene el bombardeo diario sobre centros e infraestructuras civiles, puentes canalizaciones de agua, etc.? ¿ Por que el genocidio que se practica con el pueblo Iraquí, que es quién está realmente sufriendo todo el peso de las sanciones? La respuesta no es sencilla dado que abarca diversos aspectos, se conjugan factores geoestratégicos con otros de índole económica. Por un lado la necesidad de demostrar la superioridad militar de los EEUU como potencia única en el planeta. La importancia de controlar una zona tan vital como el acceso a las fuentes energéticas estratégica, zona especialmente sensible a las bases del sistema capitalista. Y no son nada desdeñables los propios intereses personales y corporativos de las compañías petrolíferas que auparon al poder al padre de Bush y a su hijo, actual Presidente de los EEUU. Por último, la existencia de ese foco de tensión artificial, unido al excedente productivo de Kuwait y Arabia Saudita, crea un mercado magnífico para la venta de armamento que beneficia, básicamente, a la industria norteamericana y en menor escala a la europea. Para obtener más información, póngase en contacto con:
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